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El partido popular quiere el voto del pueblo, el voto de los pobres, lo cual entra en profunda contradicción con sus ideales y valores, propios de la clase burguesa: en cuanto se descuidan se ve claramente lo que piensan de los mismos.

El problema de los ricos consisten en que desprecian profundamente a los pobres, desprecian su ignorancia -pero como les beneficia- la fomentan, desprecian su irracionalidad -pero como les conviene- la provocan, desprecian su vulgaridad y grosería, fruto del continuo bombardeo a que son sometidos por todos los medios de comunicación y que provoca su incultura; además, para que haya ricos son imprescindibles los pobres, incluso desde el punto de vista psicológico, ya que la medida del rico se basa en la miseria del pobre, y aunque haya ricos infelices, al menos viven en una infelicidad “lujosa”.

Los políticos de derecha desprecian a los pobres, pero como necesitan su voto recurren a la incultura e irracionalidad de los pobres para obtenerlo, y no siendo con el engaño, nunca les votarían. Por ello se recurre a construcciones ideológicas artificiales para confundir a los pobres, tales como el nacionalismo, el patriotismo, etc., que dividen a los pobres y les enfrentan entre sí para beneficio de los ricos.

Los medios de comunicación de masas –controlados por el poder económico- contribuyen de una manera determinante a este estado de cosas.